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10 de abril: Día del Investigador Científico en homenaje a Bernardo Houssay
ES EL MAYOR ORGANISMO PUBLICO DEDICADO A LA CIENCIA Y A LA TECNOLOGIA
El Conicet celebra sus 50 años con premios para investigadores
Valeria Román (Clarín 10/09/2008)
Hoy, muchos de los científicos argentinos estarán de fiesta. En diferentes ciudades del país, se celebrarán los 50 años de vida del mayor organismo público dedicado a la ciencia y a la tecnología, el Conicet, que tiene 3.500 investigadores. El acto principal será a las 19 en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, con discursos del Ministro de Ciencia, Lino Barañao, y del presidente saliente del Conicet, Eduardo Charreau, y premios para los investigadores superiores.
La institución fue creada por decreto el 5 de febrero de 1958. El festejo se hará hoy en coincidencia con el Día del Investigador, que recuerda el nacimiento del primer presidente del Conicet, Bernardo Houssay. Este investigador, que ya había ganado un premio Nobel en aquel momento, impulsó la creación del Conicet con la idea de profesionalizar la actividad científica y garantizarle el apoyo del estado.
"Se organizó siguiendo como modelo al CNRS de Francia y para consolidar una comunidad científica", recordó Mario Albornoz, investigador del Conicet en política científica.
"El Conicet funcionó desde una concepción que consideraba que si la investigación era buena, iba a derramar por sí sola beneficios para la sociedad. No se pensaba en la aplicación inmediata. Se pensaba sólo en que el Estado debía garantizar los recursos necesarios para la buena investigación. De alguna manera, no le fue mal. Porque hoy el Conicet es la institución pública con el mayor registro de patentes en la Argentina, un dato que indica que sus investigadores están desarrollando conocimiento útil para la actividad productiva".
Para uno de los primeros becarios del Conicet, José Manuel Olavarría y Porrúa, que tiene hoy 78 años, "la labor de Houssay fue importantísima. Se hizo solo y luchó para que pueda haber ciencia en la Argentina y para hacer que más gente se dedicara a la investigación".
Otra de las becarias de la primera época del Conicet, Irene Von Lawzewitsch, también contó su experiencia a Clarín. Esta mujer -hoy tiene 84 años y vive en Salta- ya estaba trabajando con su Houssay "en una casa particular que le habían dado cuando le prohibieron ir a la facultad. Enfrente, estaba el instituto del doctor (Luis Federico) Leloir. No nos tutéabamos, pero éramos como una familia". Después la mujer ganó la beca del Conicet, entró en la carrera de investigador y siguió allí hasta 2000 cuando se jubiló. "He trabajado mucho, pero no he ganado nada". Los salarios bajos han sido la queja más frecuente de los científicos.
Es que el Conicet sufrió, de alguna manera, los vaivenes políticos y económicos del país. Al principio, se lo consideraba como un organismo de apoyo a las universidades. "Con el golpe militar de 1966, -comentó Albornoz- se intervino las universidades, tuvieron que irse muchos de los mejores científicos, y el Conicet empezó a generar sus propios institutos, por fuera de las universidades".
Más adelante, con la dictadura militar de los años setenta, "el organismo fue un instrumento para despolitizar la investigación. Con el regreso de la democracia, hubo un reencuentro del Conicet con las universidades".
Los años noventa significaron un estancamiento en el ingreso de la carrera científica. Algo que empezó a revertirse en 2002: aumentó el número de becarios y el de investigadores, cuyo salario creció el 240% para las categorías iniciales. También volvieron al país 346 científicos a través de un programa de reinserción.
"El Conicet es un gran capital para la Argentina -sostuvo Albornoz- El presidente que sale, el científico Eduardo Charreau, lo mejoró en todos los sentidos". En su lugar estará una mujer, la astrónoma Marta Rovira.
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