Mi escuela primaria, ubicada en Santa Fe y Paraná, en la época de su construcción (fines del siglo XIX)
La escuela a la que asistí de segundo a séptimo grado se llama "Onésimo Leguizamón". El "patrono" de mi escuela era quien había redactado el proyecto de la Ley 1420, de Educación común, laica, gratuita y obligatoria, vigente desde 1884.
La ley aprobada estableció la instrucción primaria obligatoria, gratuita y gradual. La obligatoriedad suponía la existencia de la escuela pública al alcance de todos los niños, medio para el acceso a un conjunto mínimo de conocimientos, también estipulados por ley. Los padres estaban obligados a dar educación a sus hijos. Por último, la formación de maestros, el financiamiento de las escuelas públicas y el control de la educación –privada o pública- quedó en manos del Estado. No obstante, la sociedad tenía a través de los llamados distritos escolares en los que participaban padres de familia (elegidos por el Consejo Nacional de Educación), la facultad de inspeccionar la calidad, higiene y cumplimiento de las leyes en las escuelas.
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