Estuve reflexionando las últimas semanas sobre el mote de gritón que me adjudican alguno de ustedes. He tenido quejas incluso de dolores de cabeza a partir de los gritos. Me entristezco cuando escucho esos comentarios. Llego con un montón de ganas de ayudarlos a aprender, y el usar gritos para organizar las clases, pareciera echar a perder las mejores intenciones.
Hace unos días uno de ustedes agredió a un compañero físicamente con consecuencias algo graves. No estuvo bien, pero una vez sucedido el hecho dio la cara. Esa actitud para mí fue muy motivadora y esperanzadora. Si uno afecta con sus actos la vida de otros, no se trata de llorar sobre hechos pasados que ya no se pueden cambiar, pero está bueno ofrecerse para reparar los daños que pudiéramos haber causado.
En este caso, me toma expresar mi lamento por la incomodidad que puedan haber sufrido frente algunas expresiones fruto de mi mal humor de la mañana.
Estoy pensando mi conducta para tratar de cambiarla y contribuir a que podamos llevarnos mejor.
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