domingo, 25 de mayo de 2008

168º aniversario de la Revolución de Mayo


Los patriotas pasaron la noche del 24 y 25 de mayo en vela, y en la mañana del 25 se reunieron en la Recova, adoptando como distintivo una cinta azul y blanca en los sombreros o en los ojales: incluso algunos exhibían una rama de olivo en los ojales.
A tiempo de comenzada la reunión del día, la multitud de la Recova invadió la sala capitular, y portavoces populares, diputados del pueblo, expresaron con energía que debía cambiarse la resolución del día anterior. El Cabildo continuó la deliberación y opinó que debía ser contenido el pueblo apelando a la fuerza. Sólo tres oficiales respondieron, el resto se hizo eco de la irritación de éste e insistieron que no podían sostener al gobierno ni a sus tropas.
Después de esto, el Cabildo no tuvo más remedio que comunicar al virrey que debía renunciar. Los diputados del pueblo expusieron que no bastaba con la renuncia del virrey y la Junta nombrada por el Cabildo, sino que el pueblo debía asumir toda la autoridad, en vista de que el Cabildo se había extralimitado en las facultades que le otorgó el Cabildo Abierto. Propusieron que se nombrase una nueva Junta y que, una vez instalada, se enviase una expedición de 500 hombres al interior, costeada con las rentas del virrey, de los oidores, contadores mayores y funcionarios de tabacos a comunicar lo sucedido.

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